LA HISPANO (Hispano Guadalajara) - (1.917 - 1.935)



“La Hispano” o “Hispano Guadalajara” tiene una historia curiosa y directamente relacionada con la “Hispano Suiza”. El Rey Alfonso XIII, usuario incondicional de los vehículos de la casa “Hispano Suiza”, en un arrebato de "españolidad" centralista, pidió por escrito a Damián Mateu que instalasen una fábrica “Hispano Suiza” cerca de Madrid.

En 1917 se constituye la empresa "La Hispano, Fabrica Nacional de Automóviles y Material de Guerra, S.A." con sede y fábrica en Guadalajara y aunque el presidente era Damián Mateu y todos los diseños seguian siendo de Birkigt, para complacer a Alfonso XIII, le dieron entidad independiente. Tanto fue así que incluso, los vehículos producidos allí, no llevaban la bandera Suiza en su escudo.

Esta fábrica, se dedicó a la producción de camiones, sobre todo el modelo militar 30/40 hp al servicio del ejército Español en la guerra de Africa y también para servicios civiles, automóviles económicos conocidos como modelo “Guadalajara” (muy pocos), aeroplanos, cañones y otro material militar. Con este objeto llegó a contar con un aeródromo propio y otra fábrica adjunta, La Hispano Aircraft, que construyó el avión De Havilland DH9. Esta fábrica, fue también durante varios años, la proveedora de material de transporte para la distribución de productos de la compañía arrendataria del monopolio de petróleos.

Los problemas burocráticos para la importación de materiales hicieron que las fábricas de España languidecieran, mientras que la fábrica “Hispano Suiza” de París que se dedicada en exclusiva a los motores de aviación y a los chasis de gran lujo estaba en pleno apogeo de ventas y de prestigio.

Finalmente, "La Hispano" de Guadalajara pasó a manos de Fiat.

«El señor Presidente dio cuenta a los reunidos de que en el día de hoy ha sido convenida definitivamente con la F.N.A. la venta de diez mil acciones de Guadalajara en los términos ya autorizados por el Consejo en su última sesión.»

Estas escuetas palabras, escritas en el acta del Consejo de Administración de la “Hispano Suiza” celebrado en Barcelona el 17 de febrero de 1931, dejaron constancia exacta de la venta de la empresa automovilística de Guadalajara a favor de la Fábrica Nacional de Automóviles, propiedad del marqués de Pescara. Pero a su vez, la F.N.A. estaba en relaciones con FIAT, y esta sería la destinataria final de aquel paquete de acciones, por lo que se deduce que la venta a la F.N.A. y la posterior reventa de acciones a FIAT fue una simple jugada financiera del Marqués de Pescara.

Así fue como el poderoso grupo italiano entró en “La Hispano” de Guadalajara, que había pertenecido a la “Hispano Suiza” catalana desde su constitución en 1917. No obstante, conviene aclarar que la transacción se ceñía únicamente a la sección automovilística, pues los vendedores excluyeron los talleres de aeronáutica, que continuaron bajo el control de Barcelona.

Las primeras carreteras más o menos bien construidas en España a partir de 1926, y cierto despegue económico experimentado en aquellos años, habían propiciado el auge de la motorización española. A finales de los años 1920 la venta de automóviles se disparaba. Por eso, no es de extrañar que la empresa de Turín deseara establecer una cabeza de puente en España, aprovechando esa coyuntura.

La oportunidad surgida a través del marqués de Pescara les llegó como anillo al dedo. Buena prueba de ello es que no había transcurrido un mes desde que formalizaron la adquisición de la factoría alcarreña, cuando ya tenían ultimado el proyecto para instalar sus cadenas de montaje. Dicho proyecto, entregado por Francisco Aritio, vicepresidente de “La Hispano” de Guadalajara, al Ministerio de Industria el 2 de marzo de 1931, exponía un minucioso estudio económico y técnico para la fabricación de dos modelos Fiat, uno de 4 y otro de 6 cilindros, con una producción estimada de 7.500 vehículos anuales.

La elección de los coches era muy acertada. El primero correspondía al tipo 514, que había alcanzado gran éxito desde su lanzamiento en Italia en 1929. Un coche popular de litro y medio de cilindrada, creado para sustituir al inefable 509 mediante una mecánica más sencilla, barata y fiable. En segundo lugar estaba el modelo 521 de 2.500 cc, perteneciente al sector medio. Amplio, cómodo y robusto, pero de precio contenido, podía competir con ventaja en el mercado frente a los coches americanos. Todo el asunto estaba bien planificado y prometía un brillante porvenir, así que las obras de instalación empezaron sin demora.

La historia narra que tras los resultados de las elecciones municipales del 12 de abril, fuera proclamada tan solo dos días más tarde la II República Española, lo que provocó que el Rey Alfonso XIII marchara al exilio.

La difícil situación de enfrentamiento de la sociedad española en aquella época degradó la vida laboral y la convivencia en talleres y fábricas. La economía se resintió y las ventas de automóviles cayeron en picado.

A trancas y barrancas “La Hispano” de Guadalajara consiguió poner en fabricación el primero de los dos modelos previstos, el tipo 514, cuyos 35 ejemplares iniciales salieron a la venta al finalizar aquel verano. Respecto al tipo 521, nunca llegó a ser fabricado. En realidad, hoy día existen pocos datos respecto a las actividades de la factoría durante esos pocos años. Se ignora cuantas unidades del 514 produjeron, aunque todo hace suponer que no fueron muchas, aproximadamente unas 300.

Las trabas burocráticas para la importación de materiales hicieron desistir a Fiat, provocando el final del azaroso romance hispano-italiano de Guadalajara, que terminó en 1935, cuando la “Hispano Suiza” volvió a adquirir aquella fábrica para ampliar su sección aeronàutica, y que utilizó hasta que cerró sus puertas definitivamente.

Durante la guerra civil, el Comité de Trabajadores, que se había hecho con el control de la “Hispano Suiza”, creó una factoría en Sevilla para la construcción de aviones. Pronto cayó en el bando denominado “nacional” liderado por el General Franco y en 1942 dio lugar a "La Hispano Aviación" con antiguo personal de la fábrica de Guadalajara.

Los FIAT 514 (también llamados Fiat-Hispania) producidos en Guadalajara nunca llevaron el anagrama de Fiat, sino el de “La Hispano”, con la bandera republicana al fondo.