SÉNÉCHAL (1921-1929)



En 1914, Robert Sénéchal, se enroló en el ejército del aire para participar en la Primera Guerra Mundial. Dos años más tarde, obtuvo el título de piloto militar. Su coraje y sus cualidades provocaron rápidamente la admiración de sus compañeros, y al finalizar la Guerra esgrimía el título de piloto de élite. Firmado el armisticio, Robert Sénéchal que siempre se había sentido atraido por los automóviles, consiguió a través de su madre y de una de sus relaciones, abrir un concesionario comercial del fabricante de automóviles Luis Delage.

Tras haber ganado mucho dinero con esa actividad, Robert Sénéchal, entró en contacto con uno de sus antiguos compañeros de regimiento que le pidió ayuda para volver a levantar su empresa de fabricación de cyclecars llamada “Eclair” (Relámpago), que por aquel entonces pasaba por serias dificultades financieras. Robert Sénéchal, le recomendó la liquidación del negócio…. para establecerse más tarde él, por su cuenta apropiandose del mismo.

Gracias a su gran sentido por los negocios, Sénéchal, llegó a devolver la salud a esa sociedad, la cual se apropió definitivamente en 1921, y la rebautizó con el nombre de "Cyclecars Robert Sénéchal". Con 29 años se había convertido en propietario de su própia fábrica de cyclecars.

Los talleres y las oficinas se situan en la rue Louis Blanc, en Courbevoie, y se abre un salón de exposición en la avenue de la Grande Armée en Paris. Un poco menos de una treintena de empleados gravita alrededor de Robert Sénéchal que acumula las funciones de director administrativo, director técnico comercial y directivo. Para esta última función, utiliza la ayuda del contramaestre Baudot y de dos magníficos mecánicos que le prestarán asistencia sin interrupción, Paul Gayet y Lucien Lebeau, este último más dedicado al departamento de competición.

El pequeño equipo se afana, y en el salón de 1921 es presentado al público el primer cyclecar Sénéchal. Su experiencia como "liquidador" de excedentes de guerra, le permitió a Robert Sénéchal comprender las necesidades de los automovilistas de aquella época y su cyclecar respondía perfectamente a las espectativas. El bastidor era de forma triangular, la suspensión delantera estaba asegurada con resortes transversales y la trasera disponía de dos resortes tipo cantilever. El motor era un Ruby de 4 cilindros refrigerado por agua que desarrollaba una potencia de 6 hp. y engrasado mecánicamente mediante una bomba. El carburador era un Zénith. El cambio de marchas, de dos velocidades solamente se integraba en el puente delantero que no tenía diferencial.

La reglamentación de cyclecars vigente en la época autorizaba un peso máximo de 350 Kg. El cyclecar Sénéchal no excedía los 330 kg, lo que representaba un gran éxito porque se entregaba a los clientes con un verdadero y completo parabrisas, una capota, tres faroles de alcohol y la quinta rueda.

A pesar de su peso pluma, daba una gran sensación de robustez, comodidad y seguridad. A estas cualidades se le añadía una velocidad punta de 80 km/h, una línea armoniosa, un acabado muy perfeccionado con una gran preocupación por el más mínimo detalle, y un precio de venta muy atractivo.

No hacía falta más para encandilar al público, entusiasmado por un vehículo que se desmarcaba de la competencia y que recibía los elogios de la prensa profesional. Un gran debut para una marca que iniciaba su periplo comercial bien encarrilada.

Este éxito comercial se consolida con una primera victoria en competición obtenida a finales de 1921 por Robert Sénéchal en persona, que se impone en la carrera de “côte de Gaillon“ con una velocidad media de 86 km/h.

Al verse obligado a reemplazar en el último minuto a un piloto indispuesto, Robert Sénéchal descubre entonces su verdadera pasión por la velocidad y la competición, dando pruebas de un talento excepcional como piloto. Durante la temporada 1922, ganó 21 carreras de las 30 que disputó.

Sénéschal encadena las victorias. Vencedor de la categoría de 750 cc en el “Grand Prix des cyclecars” celebrado en Le Mans, en el “Grand Prix de France” en el circuito de Montargis, y en la carrera de “côte de Gaillon”.

El Racer, un coche desarrollado especialmente para la competición, cubre el kilómetro lanzado a más de 105 km/h., y suscita mucho interés por su carrocería de madera y tela.

Los dos cyclecars inscritos en el “Tour de France” de automóviles terminan la prueba sin ninguna penalización. Este año de 1922, es verdaderamente el año de la consagración para la marca, que a pesar de su juventud se impone como líder en un mercado saturado de cyclecars.

Robert Sénéchal reafirma su personalidad y su popularidad en todos los circuitos, particularmente por el sonido inseparable “sifflet à roulette” que previene a sus competidores cuando los dobla.

Los éxitos en competición se traducen por supuesto en un incremento de las ventas, al observar el público las cualidades y resultados de los vehículos. Para satisfacer las exigencias de los automovilistas, la empresa tuvo que transformarse al objeto de poder incrementar su producción. Previamente modificó su razón social en " Société Robert Sénéchal et Cie" tras nuevas aportaciones de capital, principalmente de origen Solex.

La gama se articula en 1922 alrededor de los tipos "populares", B4 y B5S. El primero está equipado con un motor Train bicilíndrico en V a 45°, válvulas laterales, refrigerado por agua, engrasado mediante “barbotage” y magneto Salmson. Los tipos B4 y B5S utilizan un bloque motor Ruby de 4 cilindros de 904 cc y 980 cc respectivamente. De hecho, cerca del 95 % de la producción total de Sénéchal equipa un motor Ruby. El motor Train, menos poderoso pero también robusto y de un mantenimiento mínimo, será abandonado a finales de 1922.

En 1922, la gama se reactualiza con la aparición de los tipos BM, BMS (S por sport) y BMGS (GS por Grand Sport) que son sólo la evolución de modelos anteriores. El modelo Grand Sport estaba dirigido a una clientela impaciente por descubrir, de forma caprichosa, la embriaguez de la competición. El motor es siempre monobloque Ruby de 4 cilindros y tres velocidades, pero esta vez de 1100 cc, que permite alcanzar 115 km/h. Es fabricado con aceros especiales y ligeros pero no obstante muy resistentes.

Progresivamente, la notoriedad de la marca sobrepasa las fronteras y atraviesa el canal de la Mancha. La moda de los cyclecars convierte a los vehículos Sénéchal en muy apreciados en Inglaterra. Sintetizando las soluciones generalmente utilizadas sobre bastidores de cilindradas superiores, los modelos Sénéchal gozan en efecto de una reputación sin igual en su categoría. Más aun cuando son garantizados por un año.

Para atraer aún más a la clientela, se desarrolla un sistema de venta a plazos, la tercera parte del precio (entrada) al encargar el vehículo y el resto en 12 plazos mensuales.

Sacando provecho del éxito general, Robert Sénéchal lanza también dos versiones utilitarias, el tipo BMCN y BMCF de 200 kg de carga útil cada uno, el primero, es una camioneta tipo “Normande” con pintura imitación madera.

Si el año 1922 fue fértil en victorias, el año siguiente sería idéntico. Robert Sénéchal era invencible. Hubo una época en la que ciertos competidores, frustrados de cosechar sólo migajas, le llegaron a proferir amenazas, insistiendo para que abandonara "voluntariamente" o lo sacarían de la pista. Una actitud deplorable que duplicaba sus ganas de vencer y de imponerse frente a los temibles cyclecars Salmson y Amilcar.

Victoria en el “tour de France”, en la carrera de “côte de Château-Thierry”, en el “Grand Prix de l'ACC”, en el “Grand Prix du MC Lyon”, en el circuito de “Routes Pavées”, en el “Grand Prix de France MCF” en la categoría de 750 cc,... Un palmarés impresionante al que hay que añadir algunas plazas de honor, como un primer lugar en la carrera de resistencia UMF y el récord del mundo de 750 cc., batido el día de los récords en Acacias, a más de 122 km/h de media.

Obtendrá el Brazalete de honor que recompensa al piloto que ha ganado más carreras en el año. Campeón de Francia, recordman del mundo, pero también vencedor de la categoría 750 cc en el “Bol d’Or” disputado en el circuito de Saint Germain-en-Laye, Robert Sénéchal es un campeón colmado de éxitos y feliz. Más aun cuando las carteras de pedidos no dejan de crecer, hasta tal punto que los talleres de Courbevoie no pueden atender tantos pedidos. Se hace necesario y urgente encontrar una solución para aumentar la capacidad de producción.

Paralelamente, la sociedad “Chenard & Walcker”, totalmente motivada por su reciente victoria en Le Mans y su 4ª plaza en la clasificación de constructores franceses, detuvo la construcción en Gennevilliers de una fábrica. Conciente de la supremacía en competición de los cyclecars Sénéchal, se planteó una asociación entre ambas marcas, esperando así desarrollar su departamento de competición. Una ganga para Robert Sénéchal que no podía soñar mejor apoyo para desarrollar su negocio que se vió en seguida trasladado a Gennevilliers. Se firma un contrato entre ambas partes, y se crea la “Société Industrielle et Commerciale de Gennevilliers”, filial de la “Société Chenard et Walcker”, encargada de construir en serie los cyclecars y voiturettes de la marca Sénéchal.

Pero si Chenard & Walcker esperaba sacar provecho del aura de Robert Sénéchal en competición, este último pensaba seguir siendo el dueño de su producción y no dejar a nadie al cuidado de concebir sus futuros modelos. La asociación quedó en una simple pura relación comercial.

A finales de 1923, la nueva sociedad propone cinco modelos. El tipo T (tourisme) con un motor monobloque de 4 cilindros y 905 cc, tres velocidades y tres plazas. El tipo S (sport) con un motor de 972 cc que alcanza los 85 km/h. El tipo SS (super sport) que utiliza el mismo motor de 972 cc pero con válvulas con balancines, lo que le permite alcanzar los 100 km/h. El tipo GS (gran sport) con un motor esta vez de 1100 cc. y finalmente el tipo V3, un cochecillo de 6 hp.

La Primera voiturette

Con visión de futuro, Robert Sénéchal prevee el final de los cyclecars, demasiado espartanos y limitados para una utilización familiar.

El público empezaba a buscar un poco más de comodidad y sobre todo bastidores carrozados y bien acabados interiormente, cosas imposibles para un cyclecar a causa del límite autorizado de peso. La Voiturette Sénéchal llega en el momento oportuno y su precio de venta es muy estudiado y atrae inmediatamente la atención de los automovilistas.

El bastidor es el mismo que se utiliza en los cyclecars, pero alargado hasta los 2,36 m, en lugar de los 2,21 m, y el motor es un 4 cilindros Ruby con válvulas con balancines.

La reciente asociación no alteró en absoluto la política de la casa, y la voiturette es inscrita en competición. Fiel a su costumbre, se impone con un doblete en el “Grand Prix des Voiturettes” de Boulogne-sur-Mer, en la categoría de 500 kg. En 1924, el departamento comercial vive sobre una nube.

Las cadenas de montaje no tienen ninguna tregua, consecuencia evidente de los éxitos obtenidos en competición. Los vehículos de la gama turismo son modernizados con regularidad: bastidores rebajados, arranque e iluminación eléctrica de serie, frenos manejados por tiradores opcionales, más gama de colores... Progresos necesarios para conservar la supremacía sobre la competencia. Pero el hecho más señalado del año es sin ningún género de dudas la victoria de Robert Sénéchal en el “Bol d’Or”, al volante de un modelo de 750 cc., contra vehículos más poderosos, a una velocidad media de 70,964 km/h.

Este éxito es el primero de una serie de tres victorias consecutivas de la marca en la clasificación general de esta prueba. En efecto, Michel Doré triunfa en 1925, antes de que Robert Sénéchal inscriba otra vez su nombre en la lista de premios de la edición siguiente, elevando la velocidad media a 80,89 km/h. Unos resultados que no serán batidos hasta diez años más tarde.

Mientras tanto, las victorias se acumulan: Circuito de “Routes Pavées”, carrera de “côte d'Argenteuil”, carrera de “côte de la Faucille”,... todo ello subrayado con algunas plazas de honor como la tercera plaza obtenida en 1925 en el “Grand Prix de Belgique” y el récord del mundo de las 24 horas con un solo piloto a bordo en la categoría de 1100 cc. Una proeza realizada en 1926 con un recorrido de 1940,55 kilómetros, a 80 km/h de media.

Con el tiempo, nuevos pilotos también se hacen famosos al volante de los coches Sénéchal: Michel Doré en el “Bol d’Or”, André Pisart, tercero en el “Grand Prix de france” de voiturettes en 1925 y después primero en la “Coupe de la Meuse”, en Spa, en 1926. Numerosos campeones belgas, españoles, italianos o incluso ingleses siguen sus pasos, dinamizando las ventas en sus países respectivos.

En cuanto a Robert Sénéchal, su reputación de absoluta invencibilidad continuaba vigente en cada carrera en la que participaba. Contabiliza así 129 primeros y segundos puestos en 132 carreras disputadas al volante de sus propios coches y de modelos de Chenard & Walcker.

Con Chenard & Walcker

Como responsable de su departamento de competición, Robert Sénéchal corre en efecto para Chenard & Walcker, alternativamente con sus producciones.

Como resultado de esta situación se crea una gran confusión entre los espectadores que presencian las carreras, al igual que entre los periodistas. Tanto es así, que en 1924, contrariamente a lo que una gran parte de la prensa especializada publicaba, fue al volante de un “tank” Chenard & Walcker que Sénéchal disputó el “Grand Prix de Tourisme de l’ACF” celebrado en Lyon.

Ese mismo año, siempre sobre Chenard & Walcker, se impone en el circuito de “Routes Pavées”, y termina segundo en la copa “Georges Boillot”. En 1925, es sobre un “tank” Chenard & Walcker que disputa las 24 horas de Le Mans. Este embrollo respecto a los coches de carreras pilotados por Robert Sénéchal progresivamente se extiende al sector de los coches de turismo, y los automovilistas acaban por no saber más con que marca tienen relación. Más aun cuando los coches Sénéchal son construidos en la fábrica Chenard & Walcker cuya red comercial asegura sus distribuciones. Pero Robert Sénéchal negó siempre haber trabajado en colaboración con la oficina de diseño de Chenard & Walcker. Chenard & Walcker, se acomodó perfectamente a esta situación confusa, esperando que con el paso del tiempo se quedaría con los clientes de Sénéchal.

Por su parte, Robert Sénéchal abandona progresivamente sus actividades en el seno de la empresa, cada vez más solicitado por la competición. Porque, además de Chenard & Walcker y su marca, corre en lo sucesivo para Delage y se integra en su escudería de carreras. Y de una manera soberbia se adjudica en 1927 un segundo puesto en el “Grand Prix d’Europe” de San Sebastian, y una victoria en el “Grand Prix” de Gran Bretaña en el circuito de Brooklands. Ese mismo año, acaba victorioso las 24 horas de Spa Francorchamps, en Bélgica, sobre un Excelsior, reemplazando de improvisto al piloto titular.

De sus primeros cyclecars iniciales, había pasado a los coches verdaderamente de carreras que alcanzan los 200 km/h. Una mudanza que le abrió los ojos sobre su condición de piloto y que le dio la idea de crear, en 1925, la Asociación de Corredores de Automóviles de Francia, denominada posteriormente Asociación de Corredores de Automóviles de Velocidad de Francia, encargada de defender los intereses de los pilotos. Asociación de la que será más tarde el presidente durante varios años, como fue durante mucho tiempo presidente del “Motocycle club de France” al que se deben los Grandes Premios de Francia del MCF.

Absorvido por sus diversas ocupaciones, Robert Sénéchal no permanece como fabricante de automóviles. Antes que sus principales rivales, había presentido el final del cyclecar e iniciado la fabricación de las pequeñas voiturettes de 7 y 9 hp. Pero en ese año 1927, es conciente de la regresión que sufre como fabricante de automóviles.

Es la hora de la producción en serie y de la imagen de André Citroën, muy inspirado en los métodos americanos de Henri Ford.

Robert Sénéchal sabe que no podrá luchar contra estos “nuevos” constructores con sus mismas armas. Más aun cuando el soporte de Chenard & Walcker se hace cada vez menos firme. El Consejo de Administración decide parar toda participación en carreras. Las relaciones se vuelven entonces cada vez más conflictivas, hasta tal punto que Robert Sénéchal prefiere no cumplir con el contrato que los vinculaba. Una decisión sabia que, en resumidas cuentas, satisface a ambas partes. Y firma el fin de los vehículos Sénéchal… después de haber producido aproximadamente entre 4.000 y 5.000 vehículos (cifra difícil de evaluar). Es el año 1929.

Libre, Robert Sénéchal compra un garaje en el boulevard Péreire en París, una tienda de exposición en los Campos Elíseos, y se hace concesionario de Delage, Chenard & Walcker (seguían existiendo vínculos) y agente de Bugatti bajo el estandarte de " Stand Auto ".

Deseaba seguir pilotando coches pues el virus de la competición no le había abandonado. En 1929, acaba en quinto lugar sobre un Bugatti en el 6º Grand Prix de la ACF en Le Mans. Sobre un Delage D8, realiza un raid, de 7.000 kilómetros en ocho días, realizando el Circuito de las Capitales, que lo lleva a través de Europa bajo control de un comisario de la ACF. Debía mantener una velocidad de crucero obligatoria comprendida entre 60 y 80 km/h. Al terminar la prueba, reconocerá no haber respetado los límites de velocidad.

En 1930, a bordo de un Delage, acaba en el segundo lugar de la categoría de 5 litros sport en el circuito de “Routes Pavées” y primero de su categoría en el Grand Prix de la ACF en el circuito de Pau, para terminar nuevamente en quinto lugar en el Grand Prix de la ACF de 1931 disputado esta vez en Monthléry.

Había sido el único superviviente de la carrera tras las diez horas. Sénéchal aprecia estas pruebas de resistencia y se lanza a un Tour de Francia por las playas y después realiza algunos raids en solitario como las 24 horas en coche en Monthléry o por carretera, al volante de un autocar Chenard & Walcker.

Finalmente, y con uno de los palmarés más importantes en la historia del automovilismo francés, Robert Sénéchal abandona definitivamente el mundo de la competición de automóviles para regresar a sus orígenes como aviador.

Robert Sénéchal crea una agencia de publicidad aérea antes de hacerse fotógrafo aéreo. En septiembre de 1939, es mobilizado por segunda vez y, a la edad de 47 años, se compromete como piloto de caza. Al finalizar el conflicto, tras varios miles de horas de vuelo sin haber dañado un solo avión, vuelve a colgar los guantes definitivamente, para instalarse en Saint-Ay en Loiret y abrir un comercio alimenticio con su esposa.

Robert Sénéchal inicia esta vez un nuevo combate, esta vez para su supervivencia como pequeño comerciante de proximidad frente al poder y la expansión de las grandes superficies. Siguió con el mismo ardor y empeño que le había caracterizado toda su vida, no obstante perdió toda su fortuna tras una arriesgada inversión en una mutua de seguridad. Se vio forzado incluso a vender el último cyclecar Sénéchal que había conservado. Sólo le quedaron sus memorias hasta su fallecimiento, que le sobrevino el 30 de julio de 1985.

Piloto de excepción tanto en el aire como sobre los circuitos, Robert Sénéchal inscribió su nombre en el libro de la historia del automóvil, revolucionando el pequeño mundo de los cyclecar y colocando su marca en lo más alto.