PERSU (Aurel Persu) (1923)



El ingeniero rumano Aurel Persu (1890-1977), se formó técnicamente en Berlín entre los años 1909 y 1913. Empezó trabajando en Bucarest, y tras la Primera Guerra Mundial contactó con Emil Everling y Gabriel Becker, y se trasladó de nuevo a Alemania.

Persu fue el primero en aplicar principios de aerodinámica a un automóvil. Junto con sus colaboradores, llegó a la conclusión de que un coche absolutamente aerodinámico tenía que tener la forma de una gota de agua en sentido decreciente.

En 1922 presentó en la oficina alemana de patentes de Berlín su "coche aerodinámico con las cuatro ruedas integradas en la carrocería también de forma aerodinàmica”.

Entre 1922 y 1923, puso en práctica su idea en Berlín. Fabricó una maqueta de madera a escala 1:1, y él personalmente la revistió con una carrocería de aluminio. La carrocería se desvió del diseño original, y Persu para reducir los costes de fabricación utilizó piezas de producción en serie usadas para realizar el prototipo. El motor era un AGA de cuatro cilindros fabricado en Berlín.

El coche diseñado por Persu tenía una forma parecida a la cabina de un helicóptero actual, con una parte delantera más grande en la que se ubicaron los asientos de los pasajeros y una parte posterior más reducida en la que se ubicó el motor. Para reducir la resistencia al aire, las ruedas estaban integradas dentro del perfil de la carrocería, cosa que hoy damos por sentada. El coche podía alcanzar velocidades de hasta 60 kilómetros por hora, muy altas para aquella época.

El 19 de septiembre de 1924 recibió la patente alemana de inventor Nº 402683. Tras más de 100.000 kilómetros de pruebas de resistencia, Persu también patentó su invento en otros países Occidentales como Estados Unidos en 1927.

Persu había concebido su coche como vehículo de pruebas y posteriormente vender el concepto a alguna empresa de automóviles.

Ford y General Motors mostraron su interés por comprar la Patente, pero no se comprometían a fabricar coches basados en la Patente, por lo que Persu finalmente rechazó las ofertas. El plan maestro de Persu había fallado y el automóvil cayó en un profundo sueño en el garaje de su inventor hasta 1969, año en el que Persu decidió ceder el vehículo al Museo Técnico "Dimitrie Leonida" de Bucarest. El coche todavía funciona.