DEEP SANDERSON (1961 - 1970)



Los coches Deep Sanderson construidos por Lawrence Tune fueron; tres coches de Formula Junior, 2 coches modelo 101 y un coche modelo 201, que en la actualidad es propiedad de Lawrence Link, y que participa en competiciones totalmente restaurado por Duncan Rabagliati.

Estos coches fueron los predecesores del 301 coupé, que estaba equipado con motor de Mini Cooper. John Pearce de “J. A. Pearce Engineering , de Southall”, encargó la construcción de 29 Kits del 301, cuatro de los cuales fueron preparados por Lawrence y construidos como coches de carreras.

Uno de estos coches, pilotado por Lawrence y Spender, participó con el dorsal nº 44 en Le Mans en 1963 con un motor Downton preparado de 997cc. El domingo, sobre la hora de comer, cuando estaba situado en primera posición en la categoría de 1000 cc, a causa de un conflicto con un Fiat-Abarth, la AOC descalificó el coche.

De nuevo, dos 301 con motores Downton de 1300cc estuvieron presentes en Le Mans en 1964 con los dorsales nº 36 y nº 42, pero tuvieron una mala semana. El nº 42 pilotado por Lawrence y Spice se estrelló contra una casa en los entrenamientos y el otro, con el dorsal nº 36 tan solo duró una hora en carrera antes de que la junta de culata provocara un recalentamiento fatal.

Los coches Deep Sanderson regresaron a Le Mans en 1968 con el modelo 302, que era una versión más alargada del 301, equipado con un motor 119E de Ford Cortina y una caja de cambios Hewland FT200. Este coche había sido construido y concebido para ganar el "Index of Performance”, el Premio que, por aquellos tiempos, estaba dotado con la misma cantidad económica que el Premio de la Distancia.

El coche, que esta vez llevaba el dorsal nº 66, no pudo correr con la suspensión de brazo oscilante longitudinal patentada por "Lawrence Link" porque dicha patente había sido vendida a Rover y Spencer King, que denegaron el permiso para utilizarlo. Pudieron mantener los bastidores de tubo centrales, pero fueron modificados. Estos contratiempos formaban parte de la mala suerte habitual de estos coches, ya que el equipo fue descalificado de nuevo por un tecnicismo; esta vez porque el piloto se había alejado más de 100 metros del coche, para recoger una pieza de goma dentada que había sido abandonada sobre la pista por alguien en un accidente.