C.B.A. Compañía Balear de Automóviles - (1.982 - 1.987)



La Compañía Balear de Automóviles, S.A., (C.B.A.) que según sus folletos estaba ubicada en la calle Gremio de Tintoreros, 37, del Polígono “La Victoria” de Palma de Mallorca, fue creada en julio de 1982 por Thomas Wadstrom, nacido en Argentina e hijo de padres suecos.

Esta Compañía, fabricó unos coches estilo “vintage” inspirados en las carrocerías De Dion Bouton de principios del siglo XX.

Los automóviles de la Compañía Balear estaban realizados principalmente en fibra de vidrio y tenían un cuidado diseño que prestaba especial atención a la calidad de los materiales y a la combinación de los colores por lo que la tapicería siempre era a juego con el color de la carrocería.

Efectivamente, la Compañía Balear presumía del empleo de los mejores materiales de origen nacional, como tornillería de acero inoxidable y maderas nobles barnizadas hasta en seis capas, para poder resistir los ambientes costeros; y se enorgullecía de que fuesen los primeros vehículos españoles homologados por el TUV alemán.

La construcción era artesanal y modular, siendo fácil sustituir las diversas piezas. La Compañía Balear garatizaba la llegada a cualquier punto de España de cualquier recambio original en menos de 48 horas.

El modelo básico, el Condesa, tenía una carrocería tipo "phaeton" provista de una capota rígida desmontable de color negro con una ventanilla trasera oval que disponía de lona abatible en el techo. También era posible acoplar unas puertas laterales. El suelo interior y los anchos estribos laterales estaban forrados en goma.

El Duquesa era la versión de lujo del Condesa. Tenía una línea similar, pero añadía detalles exclusivos tales como una tapicería de mejor calidad, un fileteado de la carrocería en color dorado, portamatrícula y parachoques especiales con extremo de latón, bocina también de latón (único elemento importado), una maleta de mimbre en la parte trasera, dos pequeños cajones laterales y tapacubos para las llantas, que eran las de chapa del 2CV. Además, se ofrecía en una gama de colores más oscuros que el Condesa. Los faros también eran de latón.

La versión pick-up tenía solo dos asientos y una caja de carga "realizada en maderas nobles barnizadas". Su capacidad de carga era de 350 kg.

La velocidad de crucero se cifraba para todos los modelos en unos 70 km/h. Los precios francos de fábrica en 1984 eran de 609.973 ptas. en el caso del Condesa; el Duquesa subía a 706.050 ptas y el pick-up costaba 622.211 ptas.

La marca acudió para promocionar sus modelos al Salón de Barcelona de 1983 y, al año siguiente, a Expoocio, donde pudo verse además la furgoneta “Don Furgón” derivada del pick-up, que la marca esperaba fabricar cuando terminase la construcción de su nueva fábrica en el puerto de Sagunto, para la que había planes más amplios. Además se pensó en un modelo "deportivo" de dos plazas. La Compañía también estuvo presente en el Expomóvil de ese mismo año.

Estos modelos tuvieron pronto cierto éxito entre las empresas de alquiler de automóviles, sobre todo en zonas costeras; entre nostálgicos y aficionados como segundo coche y como vehículo publicitario. Llegó a exportarse el 40% de la producción, principalmente a Alemania y a los Países Bajos, y Wadstrom negoció el ensamblaje de estos modelos en otros países. Se calcula que la producción total fue de unas 300 unidades.

Los C.B.A., estaban equipados con el popular motor del Citroën 2CV.

Esta aventura comercial de fabricación artesanal en Mallorca fue un fracaso ya que su precio final era demasiado elevado, lo que causó que los “rent a car” no respondieron con la acogida final que esperaban en C.B.A.

Por esa razón, poco tiempo después la empresa se trasladó a Canarias, donde creó la compañía "Clásicos Canarios de Automóviles, S.A." Pero poco después Wadstrom moría de manera súbita, hecho que dió al traste con los proyectos que estudiaba la empresa.

No obstante, ello no supuso el final de estos simpáticos automóviles, pues la empresa Aboleiro S.A., con sede en la calle Fortuny número 29 de Madrid, se hizo con la licencia de fabricación y continuó con la venta de estos automóviles hasta al menos 1987, pero ya por encargo y a precios bastante elevados.

También esta empresa acabó por desaparecer, pero el diseño fue retomado recientemente por la empresa belga "Alveras" (ver historia), especialista en la reparación, restauración, tuneado y transformación de Citroen 2CV.