BORGWARD (1929 - 1961)



El fundador y propietario del grupo Borgward de Bremen, República Federal de Alemania, fue el inglés Carl F.W. Borgward.

Borgward, nació en 1890 en Hamburgo-Altona. Tras ser herido en la Primera Guerra Mundial, compró una parte de un pequeño negocio del que más adelante asumió totalmente el control. Poco a poco fue dándole la vuelta al negocio convirtiéndose en fabricante de componentes para la industria de la automoción, produciendo radiadores y defensas.

En 1924, empezó a fabricar vehículos de 3 ruedas con motores de 200cc que eran denominados “Blitzkarren”.

El “Blitzkarren” fue un vehículo muy acertado en su época, y fue el precursor de los primeros vehículos de 3 ruedas que comercializó con la marca Goliath a partir de 1928, año en el que fundó la Goliath-Werke Borgward y Co.

Debido a la competencia, Borgward se vio obligado a ampliar su negocio y en 1929 pegó el “gran salto” comprando ciertos departamentos de la entonces decadente firma Hansa-Lloyd por una pequeña parte de su valor y asumiendo así el control de la Compañía.

Hansa-Lloyd era el resultado de la fusión en 1914 de Hansa (establecida en 1905) y de Lloyd (establecida en 1906).  Más tarde, Borgward adquirió el 100% de la firma y la fusionó con Goliath en 1930.

En 1931 empezó la producción del primer vehículo de pasajeros de Goliath, el Pionier de tres ruedas, del que se vendieron unas 4000 unidades.

A principios de 1934 Borgward desarrolló el Hansa 1100 y 1700, restableciendo así la vieja marca.  La producción de vehículos Goliath y Hansa-Lloyd continuó con éxito.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Borgward se vió obligado a construir vehículos militares.

Con la mayor parte de sus fábricas destruidas por las incursiones de bombarderos aliados, Borward tuvo que empezar de nuevo después de la guerra. Su primer coche de posguerra fue también el primer coche alemán completamente nuevo, el Borgward Hansa 1500, lanzado a finales de 1949.

Lo más moderno de este coche era un desarrollo del Borgward aerodinámico de Windspiel de 1937, aunque se dice a menudo que también se inspiró por los nuevos diseños americanos que Borgward había visto en garajes tras ser encarcelado por los americanos tras la Guerra.

Todos los productos del grupo de Borgward, eran el resultado del trabajo del mismo Borgward.

A mediados de 1950 dos nuevos coches aparecieron en el Grupo Borgward. Se trataba de un minúsculo Lloyd con un motor de 293 cc. y un Goliath más grande, con un motor de 688 cc.

En 1952 el Borgward Hansa 1800 llegó al mercado, seguido en 1953 por un Hansa de motor diesel.

En junio de 1954 fue lanzado un Hansa totalmente nuevo, el 1500, que pronto fue redenominado Isabella. Un modelo especial del Isabella era el Coupé, con mucho, el modelo de diseño más elegante de Borgward.  Se produjeron en total 202.862 unidades del Isabella.

En enero de 1957 los modelos 700 y 900 de Goliath fueron substituidos por los 1100cc. completamente nuevos. El nombre de la marca fue cambiado a Hansa en 1958, para conseguir alejar la imagen de Goliath.

Lloyd también desarrolló coches con carrocería de acero y motores de 600cc y 4 tiempos.

En 1959 apareció el nuevo Lloyd Arabella de 900 cc., que era similar al Hansa 1100.  Estos 2 coches tuvieron gran acogida por su atractivo diseño.

El Hansa 2400 de 6 cilindros, fue substituido en 1960 por un nuevo diseño, el P100, éste fue el Borgward  más grande con 2238cc. Este coche disponía de un nuevo diseño de suspensiones por aire. Era un sistema similar al que posteriormente también sería introducido por Mercedes Benz. Desafortunadamente tan solo se produjeron 2547 ejemplares de este brillante automóvil, antes de la caída del Grupo Borgward.

Según algunos historiadores, el final del Grupo Borgward fue una historia vergonzosa.  El gobierno del estado de Bremen (donde Borgward tenía sus instalaciones) declaró a Borgward insolvente para hacerse de forma fácil con la Compañía. Se vendieron todos los activos, incluidos los coches. Todos los acreedores cobraron por completo, lo que probó que la Compañía nunca había sido insolvente después de todo.

Borgward murió arruinado en 1963.

Hay evidencias de que otros fabricantes de automóviles estuvieron implicados en una conspiración para destruir Borgward, pero la verdad completa nunca se sabrá.

La antigua planta de Borgward en Sebaldsbrück, Bremen, es hoy propiedad de Mercedes Benz.



Los Goliath del Grupo Borgward



Los Hansa-Lloyd del Grupo Borgward



La reaparición de Lloyd en el Grupo Borgward



Los Borgward y Borgward-Hansa



Borgward en Argentina

El Borgward Isabella también fue fabricado en la Argentina, donde alcanzó una relativa popularidad a raíz de su incursión en las carreras de automóviles estándar, donde competía con el Peugeot 403, de amplia difusión en el país. De hecho, el Borgward resultaba casi imbatible en los circuitos, aunque algo más débil en la montaña o en caminos difíciles.

Fue construido en Argentina por la empresa Dinborg, creada a partir de la unión de la estatal DINFIA y Borgward Argentina, autorizada a funcionar como filial en 1959.

Los motores se producían en la planta que Borgward Argentina había construido en Isidro Casanova, provincia de Buenos Aires, mientras que los coches se montaban en la planta de DINFIA, en Córdoba, con piezas de carrocería y suspensión que proveía la casa matriz desde Alemania, y algunas producidas localmente.

Según el plan formulado por la empresa, la producción se iniciaría con 500 unidades en 1960, cifra que al año siguiente ascendería a 2.000 unidades.

En 1962 y 1963 se construirían 3.000 coches cada año, para estabilizarse en 4.000 a partir de 1964. No obstante, sólo se llegaron a producir 3.000 unidades durante la corta vida de la empresa Dinborg.

Del Borgward Isabella se pueden decir muchas cosas, pero una de ellas es que ofrecía la única suspensión trasera independiente del mercado en aquellos años. El Borgward fue un coche prestigioso y de una alta calidad de acabados. El interior del Borgward era muy alemán, con muy buen instrumental y asientos de cuero.



Borgward en México

Un grupo de hombres de negocios mejicanos compró la maquinaria y los derechos de Borgward con la intención de reiniciar la producción en México. Distintos problemas financieros y la burocracia retrasaron el inicio del proyecto hasta 1967, demasiado tarde para triunfar.  Solamente se llegaron a fabricar 2267 unidades del P100 (llamado Borgward 230 en México). La planta fue cerrada en 1970.

Tras el colapso del Grupo Borgward, en 1961, apareció un grupo de ocho empresarios mexicanos interesados en comprar el equipamiento completo de la Automobil-und Motorenwerke Carl F. W. Borgward GmbH, con el fin de iniciar la producción de sus automóviles en su país.

La compra se formalizó en 1962, tras catalogar casi 44.000 kilos de planos, 34.000 dibujos de ingeniería y más de siete mil toneladas de maquinaria, herramientas, guías y muebles, y pagar la suma de 12 millones de dólares. La operación, por otra parte, provocó una gran conmoción en los círculos industriales y burocráticos de México, ya que señalaba el nacimiento de la industria automotriz en el país, pues las fábricas instaladas anteriormente habían sido meramente plantas de ensamblaje de productos extranjeros. Además, ninguno de los mexicanos tenía experiencia alguna en el manejo, la producción y la venta de automóviles, ni tampoco habían decidido el lugar en el que se levantaría la nueva fábrica ni de dónde sacarían la mano de obra necesaria.

Los problemas eran aún más grandes. En el mismo año de 1962, el gobierno mexicano había promulgado una ley que prohibía la importación de motores y componentes armados para automóviles y camiones. También exigía que los eventuales fabricantes usaran un mínimo de 60 por ciento de materiales fabricados en México en sus vehículos. Más a pesar de la intención de promover la industria local con la ley, parece ser que a nadie se le ocurrió incluir un apartado sobre la exportación de los coches fabricados en México, con lo que en este punto se había creado un vacío legal que obligaba a las industrias a producir exclusivamente para el mercado local, que por ese entonces no era muy grande.

A pesar de todo, los empresarios mantuvieron firme su decisión de mantener vivo el proyecto. Bajo el nombre de Impulsora Mexicana Automotriz, continuaron trabajando en el desarmado de la fábrica de Bremen, al tiempo que se iniciaban los preparativos para la construcción de una nueva planta en Monterrey, la segunda ciudad más grande de México, en un centro industrial al que llegaban dos carreteras y un ferrocarril, además de contar con fuerza eléctrica de alto voltaje. Mientras tanto, se unió al grupo don Gregorio Ramírez, un magnate de la industria camionera, quien asumió la presidencia de la ahora denominada FANASA.

En 1963, todo, excepto el viejo edificio Borgward, llegó por barco y ferrocarril hasta las nuevas instalaciones, aún no terminadas. No fue sino hasta fines de 1965 que, con ayuda de técnicos alemanes de Bremen, se completó el armado de la planta. Inmediatamente se inició un programa de dos años dirigido al entrenamiento de los obreros y técnicos.

Finalmente, a fines de 1967, salió de la línea de montaje el primer Borgward fabricado en México, seguido de otros 75 al mes siguiente y 100 más un mes más tarde. Para mayo de 1968, la planta había fabricando 180 unidades.

Por entonces, los ejecutivos de FANASA calculaban que la producción se equilibraría para principios de 1969 en alrededor de 400 o 450 automóviles al mes, para pasar un año más tarde a la cifra de 1500 coches mensuales. Dado que el mercado mexicano sólo estaba en condiciones de absorber unas 5000 unidades por año, era evidente que si los planes se cumplían pronto sería necesario abrir un canal de exportación.

Mas los planes estuvieron lejos de cumplirse. Sólo 2267 Borgward 230 (basados en el P100) se produjeron antes de que la planta cerrara en 1970. El Isabella, previsto para comenzar a fabricarse en 1969, nunca llegó a la línea de montaje.