BARRÉ (Gaston Barré) (1.897 - 1.933)



Nacido en Cholet el 25 de junio de 1864, Gaston Barré se instaló en 1888 en Parthenay (situada entre Cholet y Poitiers), donde ejercía su profesión de arcabucero. Más tarde, a finales del siglo XIX se estableció en un taller de alquiler y reparación de bicicletas en la rue Ricart de Niort.

Ante la aparición y desarrollo de los primeros automóviles, se lanza a la fabricación de vehículos motorizados, y en 1897, fabrica su primer vehículo, equipado con un motor De Dion. Inicialmente empieza con triciclos y cuadriciclos motorizados. Los bastidores y las carrocerías son fabricados en los talleres de Barré en Niort pero los coches funcionan con motores monocilíndricos que provienen de otros fabricantes como De Dion, Perfecta o Darracq.

Gaston Barré modifica la razón social de su empresa que se transforma en “Etablissements Barré & Cie”. Los antiguos locales de la rue Ricart son conservados para la fabricación de bicicletas, pero la actividad principal de Barré se ya centra en los automóviles.

Una medalla de oro en la Exposición Universal de Paris de 1900 viene a recompensar a los coches Barré por sus cualidades y sus prestaciones.

Estimulado por esta distinción, Gaston Barré decide ampliar su catálogo y presenta cuatro coches ligeros de 6, 8, 10 y 12 hp respectivamente, que estarán disponibles a partir de 1902.

Todos los modelos están propulsados por un motor monocilíndrico de cuatro tiempos de origen De Dion Bouton o Aster (a veces Gnome o un bicilíndrico Buchet). La caja de cambios es de tres velocidades. Al año siguiente, son por lo menos 7 los modelos que figuran en el catálogo.

En 1905, se presenta dentro de la gama el primer cuatro cilindros de la marca (motor Ballot de 16 hp), junto a un pequeño 6 hp denominado “Populaire”, y un modelo “Coupe Grand Luxe” de 16/20 hp. Durante los años siguientes, Gaston Barré construye una gama completa de coches competitivos y fiables.

Para mantener el nivel de ventas, Barré desarrolló una serie de ideas con mucha perspicacia. Desarrolló un dinámico servicio “Post-venta”, ciertamente uno de los primeros en Francia, pero también introdujo un servicio “Pre-venta”. Gaston Barré se encargaba de enseñar a conducir a sus futuros clientes. Evidentemente su idea fue copiada por otras marcas lo que provocó con el tiempo que se generalizaran las verdaderas autoescuelas a partir de los años 1930.

Esta audaz iniciativa para la época se inscribe dentro de una estrategia comercial que se había iniciado en 1903 con la primera presencia de Barré en el Salón del Automóvil de Paris, seguida en los años siguientes por diversas inscripciones en pruebas deportivas.

Tras una serie de éxitos deportivos, Gaston Barré modificó por segunda vez la razón social y rebautizó la compañía como “Automobiles G. Barré”.

En 1908, aparece el modelo “Château-Thierry”. Este nombre conmemora la primera victoria de la marca en una prueba deportiva, la carrera de côte de Château-Thierry. Era habitual en aquella época, que los constructores de automóviles exaltaran una victoria bautizando a uno de sus modelos con el nombre de una carrera en la que habían ganado. Esta costumbre es aplicada regularmente por Gastón Barré. Tanto es así que un nuevo coche de 10 hp es denominado “Reliability Trials” tras una victoria en esa prueba en 1909.

Gaston Barré traslada su sede social a París y abre una tienda de ventas en el 212 bis del boulevard Péreire. Esta presencia en la capital, acentúa la notoriedad de la marca y promociona la totalidad de los coches del catálogo, en donde aparece un nuevo “Populaire” de 8 hp y un lujoso 16/20 hp, que proyectan una imagen de calidad y robustez que se exporta al extranjero a países como Alemania, Bélgica, España y Estados Unidos.

Barré añade a la gama coches de carga como el tipo CA, un pequeño camión de 10 hp, seguido de otros modelos que configuran una gama que va desde los 500 kilogramos hasta las 3 toneladas de carga útil.

Un gran acontecimiento para la marca es la aparición del modelo ligero de 8 hp rebautizado como “Tour de France” tras la victoria en la edición de 1912.

Durante la Primera Guerra Mundial, la empresa fabrica camiones para el ejército. Gracias a los numerosos pedidos del Ministerio de la Guerra, Gaston Barré amasa una considerable fortuna durante el conflicto. Sin duda, excesivos beneficios para un hombre que a partir de esos momentos está más atraído por el dinero y los beneficios personales que por el rendimiento de su empresa.

Al reemprender la actividad automovilística, la gama Barré se compone únicamente de tres modelos de cuatro cilindros de 8/10, 10/12 y 12/16 hp respectivamente, estos modelos de antes de la Guerra no han sido evolucionados, y tan solo salen dos unidades mensuales de la fábrica, la cual hace mucho tiempo que tampoco ha sido modernizada.

El entusiasmo de años anteriores cede su lugar a un cierto pesimismo. Este clima, junto a la animada vida extraconyugal de Gastón Barré en París parece llevar a la empresa de vuelta a los orígenes. La presencia del patrón en sus locales se hace cada vez más rara, lo que no le impide ser tan autoritario e intransigente como siempre, e impone ciertas directivas técnicas equivocadas, sin preocuparse de la evolución del mundo del automóvil.

En 1920, se asocia con su hijo Máxime a quien espera confiar la dirección de la empresa. Pero los empleados no aprecian mucho a este "hijo a papá" al que consideran incapaz de asegurar el relevo generacional. No obstante, en 1923, la curva de ventas se estabiliza en aproximadamente 300 ejemplares al año. En el catálogo siempre existen tres modelos; los tipos 10, 12 y 14 hp, aunque el pequeño 8/10 hp hace su reaparición esporádica de vez en cuando.

La competencia se hace cada vez más feroz, y surgen las primeras dificultades financieras y para desencallar la tesorería, Gaston Barré se ve forzado a asociarse con uno de sus accionistas, el Sr. Lamberthon. La razón social de la empresa se transforma de nuevo en “Barré & Lamberthon, Successeurs“, y aunque la sede se mantiene en la rue Langlois, la fábrica es trasladada al nº 12 de la rue Tartifume.

Esta asociación se traduce en un ligero enderezamiento de la situación, las ausencias repetidas por Gastón Barré en su castillo de Loiret o en su residencia monegasca, deja un poco más libres a sus colaboradores para tomar la iniciativa, y pueden lanzar la fabricación de una camioneta denominada "Normande" de 500 a 1.500 kg de carga útil bien acogida por el público.

En 1926, se comercializan 400 vehículos, pero aparecen desacuerdos entre los socios, y Lamberthon prefiere retirarse.

De nuevo un cambio de razón social y la creación de la “Société Anonyme des Automobiles Barré” cuya dirección es asumida por Maxime Barré, y su padre (Gaston) deja definitivamente de intervenir en la empresa que había fundado.

Esta reestructuración provoca que la empresa atraviese otra vez nuevas e importantes dificultades financieras y comerciales. La fabricación de vehículos de transporte es completamente abandonada, y solo son mantenidos en el catálogo los coches de 8/10 y 10/12 hp, que a pesar de incorporar ligeras mejoras, son incapaces de rivalizar con modelos similares construidos en gran serie. La adopción de motores Scap con válvulas en cabeza no aporta ningún cambio que impida un fin anunciado.

En 1927, Gastón Barré ya se había dirigido a su notario para vender su empresa, tras retractarse más o menos y cederle los asuntos a su hijo. Pero la supervivencia de la empresa era ya muy difícil y finalmente es puesta en liquidación el 1 de mayo de 1933.

Durante algunos años, la venta de piezas de recambio será asegurada por dos empleados, y las reparaciones serán efectuadas por antiguos mecánicos de la casa en el garaje "Voltaire", fundado en 1929 por Louis Cousin y su yerno Auguste Cousin, Director comercial y Jefe de estudios respectivamente en la casa Barré. Este garaje estuvo situado en la rue Tartifume, cerca de la antigua fábrica de donde no salió ni un solo coche a partir de 1933. La producción total de la marca se estima entre 2.500 y 3.000 ejemplares, entre automóviles de turismo y de carga, vehículos que siempre estuvieron a la altura de su reputación por su calidad, fiabilidad y robustez.

Un coche Barré, equipado con un motor Ballot, llegó a recorrer un millón de kilómetros. Es una lástima que el afán de lucro y la falta de rigor empresarial condujera a la fábrica a acabar prematuramente su actividad, mientras que tenía todos los triunfos en la mano para figurar en la gran historia de los constructores franceses de automóviles.