ARNAU (Joan Arnau Vicens) (1.940 - 1.950)



Historia y material gráfico extraídos del libro “Microcoches Españoles” de Miguel Pascual Laborda.

Durante la Guerra Civil Española, Joan Arnau Vicens, un catalán de la provincia de Girona, ejercía como barbero en el ejército hasta que un día pidieron un voluntario para conducir un camión. A pesar de no haber conducido nunca, Arnau se presentó voluntario y desde aquel momento prestó servicio en el ejército como chofer.

Al acabar la guerra y reintegrarse a la vida civil, Joan Arnau se dedicó a la ebanistería, no obstante pudo convalidar sus conocimientos como chofer de camiones durante la guerra y obtener el carnet de conducir primera clase.

Eran tiempos difíciles (aproximadamente 1940), y a Arnau le gustaba probar y conducir todo tipo de vehículo con ruedas. Tanto era así que llegó a construirse un bonito coche para uso particular, equipado con una carrocería que tenía un único faro delantero. Ese vehículo no estaba motorizado y en su interior había instalado dos bicicletas. A la esposa de Joan Arnau no le gustaba pedalear por lo que el vehículo de Arnau cayó en desuso, hasta que aproximadamente en 1942 se lo vendió a Salvador Claret (padre), quien también se lo ofreció como regalo a su esposa.



Tras esa experiencia, Arnau siguió comprando y vendiendo coches de segunda mano que frecuentemente reformaba, como un viejo Renault que, aproximadamente en 1947 transformó en “rubia” con carrocería de madera.

Por aquella época, Joan Arnau empezó a sufrir problemas de sordera y no pudo renovar su carnet de primera clase, y en lugar de solicitar un permiso de inferior categoría, se hizo con la mecánica de un viejo vehículo con volante a la derecha, del que conservó la matrícula B-55601 (1934) y se fabricó un microcoche de tres ruedas (una delantera y dos traseras), con una carrocería artesanal hecha de madera y que conducía sin carnet. Según demuestran fotografías en las que aparece con el dorsal número 33, el cochecillo “Arnau” llegó a participar incluso en alguna competición deportiva.

Finalmente y agobiado por no poder circular con normalidad, Arnau consiguió su permiso de conducir y adquirió ya modelos utilitarios convencionales, hasta su fallecimiento en 1998.