ALCA (1947-1949)



A finales de los años 40, cuando las condiciones económicas eran aun difíciles en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, la Compañía ALCA (Anonima Lombarda Cabotaggio Aereo), ubicada en Piacenza, cerca de Milán, Italia, fabricó, o al menos intentó fabricar en serie un pequeño coche biplaza bicilíndrico de dos tiempos, denominado VOLPE.

Sus características principales eran:

Carrocería: tipo cabrio de dos plazas con capota plegable, monocuerpo de chapa rellena y soldada con refuerzos transversales, la extructura está dvidida en tres partes, la anterior para alojamiento de la batería y de un pequeño portaequipajes, la central donde se ubican los dos pasajeros además del salpicadero y la rueda de repuesto y la posterior donde encontramos el depósito de gasolina y el motor.

Suspensión delantera: ballestas transversales con amortiguador, trasera: medias ballestas colocadas en sentido longitudinal con amortiguador.

Motor: bicilindrico de 124 cc (42x45) y 5500 rpm refrigerado por aire, encendido por plato magnético de 50W, puesta en marcha a mano o pedal, culata de aleación ligera y cambio de cuatro marchas delante y una detras.

Dimensiones: largo 2,50 m.; ancho 1,02 m, alto con capota cerrada 1,06 m, distancia entre ejes 1,50 m, espacio de giro de 2,75 m y peso 135 Kg (300 Kg en marcha).

Prestaciones: 75 Km/hora de velocidad máxima, pendiente máxima superable 25 %, distancia de frenado a 60 Km/hora: menos de 7 mts.

Sabemos que seis de estos coches fueron inscritos en las Mille Miglia de 1947, tres de ellos en versión especial equipada con turbocompresor, pero nunca llegaron a participar en la prueba.

 

Siempre se ha comentado la participación del equipo Volpe (con seis unidades, tres convencionales y otras tres dotadas de turbocompresor) en la XIV edición de las célebres Mille Miglia italianas, lo que hay que desmentir categóricamente. Dicha edición de 1947 significaba la vuelta al escenario de tan prestigiosa prueba en carretera, la primera desde 1938 y en plena posguerra. Los problemas comenzaron al solicitar los pertinentes permisos, con autoridades totalmente diferentes a las de la etapa anterior donde se contaba con el apoyo gubernamental. Como argumentaron sus promotores, “Si las Mille Miglia han podido disputarse bajo el fascismo, se debe probar que es posible organizarlas en una Italia que goza de un régimen democrático y republicano”.

Con las carreteras destrozadas tras la contienda (muchas de ellas intransitables) la organización buscó un recorrido alternativo que acabó midiendo 1.823 kilómetros y se aseguró el preciso carburante (estrictamente racionado) para los participantes, así como la firma de un acuerdo con Pirelli para suministrar un juego completo de neumáticos nuevos incluido el de recambio y a bajo precio para todos los inscritos. Con este anuncio el número de inscritos batió todos los récords, 245, que se traducirían finalmente en 155 participantes. El equipo Volpe fue uno de los muchos que se sirvió de esta estratagema para calzar sus vehículos a un precio simbólico, ya que evidentemente no compitió. Cerca de 500 neumáticos nuevos fueron a parar a manos que no lo merecían, gracias a la buena voluntad e inocencia de Pirelli y los organizadores, en una carrera con victoria final de Biondetti (sobre un Alfa Romeo carrozado por Touring y construido en 1938), por delante de los nuevos Cisitalia y Fiat, edición que será más recordada por el debut en competición del primer Ferrari, el modelo 125, que confiado a Cortese abandonó con el motor roto.

 

Como anégdota podemos mencionar que la empresa española Gemicar Internacional Auto, S.L. de Madrid, allá por el año 1947 decidió fabricar este coche en España (ver historia Hispano Volpe), pero la aventura resultó ser otra de tantas historias de "pudo haber sido, pero no fue" en la historia del automovilismo español.

En España, este cochecillo fue presentado a bombo y platillo e incluso la empresa anunció su comercialización en Portugal, Tánger (todavía no era de soberanía marroquí), Marruecos, Colonias españolas y portuguesas y América latina. El final de la historia fue un fracaso, ya que posiblemente ni se llegó a fabricar en serie en Italia y por supuesto tampoco en España.